SOBRE EL LIBRO

“El universo poético de Escatología, aunque se anuncia como circunscrito a un horizonte específico, más que ser un conjunto de poemas para un posible holocausto nuclear, es un abanico de experiencias humanas atravesadas por un pathos trágico, por la conciencia de un fatum, que trasciende lo coyuntural y se constituye como propio de la existencia, aquí o allá, antes o después. Cada nacimiento —de un individuo, de un pueblo, de una civilización— lleva implícita su muerte desde el principio: “Se urdieron los sepulcros sobre aquel primer día / cuando en nuestras miradas brilló la luz primera”. Lo que nos espera en el futuro como aldea global, parecen decirnos los poemas de Escatología, no es distinto de lo que ya ha acontecido innumerables veces: seremos una babilonia más dentro del ciclo de engendramiento, desarrollo, decadencia y muerte que retorna eternamente.”

Micaela Paredes

Sobre el autor

Wladimir Boroa es un poeta parido en Valparaíso, aunque criado del todo en Placilla, un suburbio camionero-industrial-forestal. Escribe desde temprana edad, plasmando en su obra ideas existencialistas desde la perspectiva de un pueblerino criado en calles pantanosas en el invierno y desérticas en el verano; bajo bosques herméticos aserrados; a un lado de fábricas húmedas y abandonadas y sobre la osamenta olvidada de los soldados muertos en última batalla de la guerra civil de 1891. Su obra, en esencia inédita, es la construcción de un imaginario donde el ser humano es una simple y lúcida materia voluble que avanza hacia la muerte. Niega la posibilidad de otra vida, las utopías, la existencia de dios y la poesía irracional. Jamás ha sido tomado en serio por el mundo literario. Su obra es extensa, aunque inédita; sus convicciones son pocas, pero de hierro. Al ser placillano, se jacta de ser inmune al frío y de conocer el bosque como la palma de su mano.