Del sonido
emerjo
Ráfaga que cala, no recula ni duda
punta de flecha precisa
y a ratos torcida.
YERRA: 1RA PERSONA SINGULAR
(YO) PRESENTE SUBJETIVO
Te miro ardiendo desde mi hoguera
digo lo que necesitas oír
con esa sola penetrante mirada y el
silencio que corroe
y en un chas
te dejas de pavadas
cortas el lienzo sacas la duda
lo dejas libre
Respirar sin prisa
sin tormento
sin miedos
sin ira
sin tu ira
que me confunde
me violenta
me transforma
se expande
se irradia
se contagia.
Para sentirme segura
necesito sentir tus palabras quebrándose lentamente
por mi distancia
para escuchar tus palabras
necesito vestir una coraza de hierro
para no apuñalar mi alma
con tu lejana voz
para respirar,
tu imagen,
para ti necesito de mi
para mi
tu esclavitud.
cada uno a su hora y hay horas que nunca
suceden
Mi lengua escupe
Kali presente
arde
late
palpita,
cedo
algo cedo
mi territorio cedo,
soy malamente guardiana
cedo
lo presto
lo descuido
la verdad ante todo
frente a frente.
JEANNE D’ARC SE LLAMABA
r e a l i d a d
Ayer tuviste miedo
y lo cubriste con tierra
mientras sostenías el gatillo,
lanzabas el anzuelo
pisabas su cuello
esperabas la presa
EL TANTŌ ES UN PUÑAL DE DOBLE FILO CON UNA LONGITUD DE HOJA DE 15 A 30 CMS. USADO EN EL RITUAL SUICIDA JAPONÉS HARAKIRI
lo presentí
lo olfateé
me inmiscuí sabiendo la manera que manipula mi espacio lunar
que inunda todo lo que abrasa
por lo mismo te dejé
no es mi guerra
susurré.
quisiera que fueses mi invitada de honor
para desatarme la lengua y su punta
que tanto se arrepiente
me partió un rayo
me parió un rayo
abrí la compuerta
corriste
y corriste mucho más rápido que yo.
No podés estar tan loca
—te digo—
Escuchá intuí
ahí está el peso de lo invisible.
La duda ha vuelto
—me dices—
ya pasará
—te repito—
como tantas otras cosas,
como tantas otras cosas.
He ahí la astilla
la nota disonante
que hace eco hueco ciego caverna
si hubiese sido samurái, me dices mirando por la ventana
te hubiese cortado la cabeza tantas veces ya,
mientras el pájaro de pecho naranja
que en esta época del año golpea la ventana
se para en tu rama preferida.
ALEJANDRA COZ ROSENFELD
Escribo desde la intuición y desde la auto observación. Mi poética no tiene delineamientos precisos sino al contrario es el ejercicio de dejar que emerja lo que está tan adentro y profundo, y también lo superficial e impreciso, atenta permanente a los ciclos externos naturales como los internos inevitables. Me siento conectada a lo intangible, lo efímero, lo imposible, la magia y a todo lo que se pueda susurrar como vía de expansión de conciencia, sabiendo la existencia de las infinitas posibilidades al unísono e individuales. Creo en el poder de la palabra y del pensamiento, en el poder de los eclipses y las conjunciones estelares, creo en la frecuencia como lenguaje y en la transformación, en las erupciones y la lava como fluido expelido y nutricio fertilizador, creo en la muerte y en el nacimiento como expresión de lo mismo, creo en las infinitas capas que nos envuelven, como piel de cebolla, en los grandes saltos que damos y los que retrocedemos para seguir adelante.
Creo necesario el diálogo interno como reflexión y resistencia, más hoy, que la invitación es mirar hacia dentro, aunque te retuerzas de dolor o placer porque todo es posible y a la vez.